martes, 20 de marzo de 2018

Aquello, lo social...



Veo figuras humanas apoyadas el barras de vidrio, riendo, criticando en grupo a aquellos que no están y de ese modo estrechando lazos, porque claro, nada une más que un enemigo común y ficticio.
Se ven contentos, eufóricos por estar ahí, lejos de su casa en un viaje de negocios... ¿qué tendrá de malo su vida para que les embargue la alegría de ese modo? Negación, frustración y resignación de una existencia que no aman, de autoestimas no gestadas e impulsos que no consiguen enfocar.
Si hay algo seguro, es que no te aburres si estás bien contigo mismo, pero no dejas de ver contrariedad en esos términos... no se aman, no saben amar ni amarse, caminando fácilmente en la liquidez de las creencias sociales mientras se pierden una realidad de formas suaves y simétricas, alzas de pensamientos ajustados y estilizados que jamás serán tan verdaderos como cuando hayan desaparecido.
Estoy sentado cenando solo, y con eso, estoy más y mejor acompañado que ellos.
Sencillamente, observo.
Corazón