Intento ser un moralista, un idealista, un lógico demente... pero al final lo que cuenta és la necesidad por ser amado, ese instinto que a todos nos oprime más y más en su ausencia, es como llevar un cinturon donde cada día te suman un agujero...
Es deprimente...
Al final dejas de tener expectativas, dejas de decidir, de elegir, de ignorar, incluso dejas la moral a un lado. Moral, que bonito sabor tienes, pero aquí no vales, no me insistas que no me fije en ella cuándo ella es lo que mi inteligéncia emocional anela, no me hagas dudar, porque detrás de ella vendra otra y luego otra, y cada vez me apretará más el cinturón...
Es inutil...
Somos marionetas de nuestros genes, podemos controlar nuestros instintos, pero a que precio? Al de la desdicha... al final, es la carne lo que nos mueve, lo que nos motiva, el ideal es inversamente proporcional al nivel de atracción.
Que tirana evolución, que nos hace ser esclavos de los sentimientos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario