Nunca digas que amas a alguien
si nunca has visto su ira,
sus malos hábitos, sus contradicciones,
sus creencias absurdas.
Todos pueden amar una puesta de sol,
todos pueden amar la alegría; pero solo
algunos son capaces de amar el caos y
la decadencia.
¿Nunca os ha pasado que solo os habéis enamorado de ciertas características de una pareja específica? Bien, eso suele pasar a menudo, incluso diría que nos pasa a todos al principio de cualquier relación, es más, enamorarse no es más que eso, ver "lo que uno quiere" de esa persona que acabas de conocer, pero dejando de lado sus más profundos defectos, sean porque aún no los han mostrado (que como todo el mundo, los tendrán) o porque no queramos verlos.
A mi, inspirado por otra persona, me gusta llamarlo el "efecto Frankenstein", por dos motivos: el primero porque te enamoras de ciertas partes de tu pareja y de otras no, y segundo porqué al final, estás creando un monstruo que te acabará destruyendo de un modo u otro.
¿Como salvamos este efecto? No es fácil, todo pasa por un proceso de aceptación, sea consciente o inconsciente. Esta claro que enamorarse sirve para eso, para crear un vínculo emocional lo suficientemente fuerte que permita que una vez el enamoramiento decaiga donde vearemos a la pareja con toda su realidad, podamos empezar ese proceso de aceptación.
No es sencillo, por eso las parejas se rompen con más frecuencia entre los seis meses y el año, porque el velo cae de los ojos y no son capaces de aceptarse el uno al otro, sea por desconocimiento de esta verdad o por lógica aplastante.
Una vez alguien me dijo que "todo lo que se pueda hablar en una relación, es poco" y tenia razón, pero yo digo que esta afirmación esta inacabada, porque en las relaciones...
"Las cosas se arreglan hablándose,
no dejándose de hablar"
Esa es una de esas verdades inmutables que no podemos negar, la comunicación es básica en el proceso de aceptación del otro. Y es un proceso sencillo pero muy complejo a la vez, porque no solo es aceptación, es tolerancia... Si vemos, que llegados a cierto punto en una relación, hay características del otro que no soportamos ni sopesándolas con las cosas buenas, hay que empezar a tomar decisiones sobre si seguir con esa relación o no, se puede intentar dar un margen o un tiempo, pero al final, habrá cosas que no podremos dominar, como lo son la química, la atracción sexual, o los valores... por eso llegados a ese punto, según el caso es sensato desistir. Esto sucede muchísimo cuando nos desenamoramos o sencillamente jamás hemos estado enamorados de ciertas características de la pareja, y es respetable intentar encajar con alguien de quien nos sentimos atraídos, pero al final...
Los amores hechos de trozos,
son amores que se hacen pedazos...
Todas la relaciones tienen dificultades, todos tenemos nuestras propias dificultades como seres imperfectos que somos y muchas veces la tarea de la pareja no es otra que aceptar y comprender a ese nivel, no es que sea fácil o difícil, es una cuestión de complementariedad de defectos, parecerá mentira pero si una pareja es capaz de asumir esos defectos de forma natural, la relación tiene muchas probabilidades de éxito. Lo vemos todos los días en las discusiones típicas de pareja, donde durante cinco minutos nace una discusión cargada de ego, donde quizá nadie o ambos tengan razón y donde al final exista un enfado aparente, pero que pocos minutos después se soluciona por si solo... ¿cómo? Fácil, recurriendo a la aceptación del otro, sabemos que es así y sabemos que hace todo lo posible por ser mejor cada día y en ese instante no hace falta ni comentar nada más, cada uno sale de su rincón y continúan una vida en común sin más afectación.
Para llegar a este punto de compenetración en la pareja hay que desarrollar una confianza y eso nos lleva a decir, que el encuentro más íntimo no es el sexual, sino el emocional, el de mostrar nuestras verdaderas emociones y "kilombos mentales", nuestras dificultades, nuestros miedos más profundos e inseguridades. Esa es la verdadera intimidad, donde nos arriesgamos a ser heridos, ahí va a estar la verdadera aceptación, amar al otro conociendo sus demonios y sus dificultades.
Pero aún así, las llamas se apagan...
Uno de los indicadores más claros de que estamos viviendo un efecto "Frankenstein" es cuando sentimos que añoramos y deseamos ver a la pareja, porque en el fondo lo que echamos de menos son esas partes que tanto amamos de ella (y que hemos idealizado), pero al verla, eso cambia, nos topamos con la realidad, con esa partes que en nuestra mente negábamos de la misma y es entonces cuando nace el conflicto.
Si permanecemos en una relación así, creyendo que todo se va a solucionar por si solo, nos estamos metiendo de pleno en el agobio y la tristeza... al final surgirá la rabia, que al fin y al cabo es una emoción que nace para alejarnos que aquello que nos hace daño o que nos repele... y es mejor no llegar a ese punto, porque es donde vamos a dañar a alguien que nos ama. Y esas cosas siempre se acaban lamentando enormemente, porque quien nos ama, merece la oportunidad de ser feliz.
Es una pena que no podamos elegir enamorarnos de que quien queramos y de sus características únicas, pero tantos millones de años de evolución en el amor, no pueden estar equivocados, esta es la forma correcta.
Eso sí, hay que tener el valor de intentarlo y a la vez la sabiduría para saber cuando dejarlo...
"Si tu magia ya no me hace efecto como voy a continuar,
si me sueltas entre tanto viento, como voy a continuar..."
Si quieres saber más, puedes consultar los siguientes posts:
- Sobre como entender a la expareja, "Resaca Emocional"
- El amor es ofrecer, no exigir... "El amor es otra cosa"
- El verdadero amor, el amor maduro, "La madurez del verdadero amor"
- De como nos herimos amándonos, "El amor no duele, duele su ausencia"
- Sobre el amor desde la visión humanista, "Amor, desamor y otras cosas..."
- Sobre el maltrato psicológico en la pareja... "El maltrato psicológico"
- Sobre como amar con moderación, "La neurosis de Romeo"
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