Míralos... tienen suerte de ser mortales, si vivieran para siempre no podrían soportar el hastío de su propia existencia, sencillamente... enloquecerían en un féretro de sinsentidos.
Los veo... forzar la garganta con su jerga, insonora, enfermedad infecciosa en el pensamiento de sus oyentes... pero a veces, tienen suerte y chirrían como violines de maullidos desafinados... pero, violines al fin y al cabo, y como ellos igual de hermosos e igual de capaces.
Es igual de cierta su fealdad que su belleza y no despreciaremos sus vidas depreciando las nuestras, sobreviviendo a las eras o llorando las venas.
Fruto como objetivo, actitud como adverbio...
y como verbo, consciencia.
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