No fue especial, solo fue necesidad.
No fue psicopatía, solo fue dolor.
No fue duelo, solo odio.
No fue sufrimiento, fue falta de aceptación.
No fue severidad, solo años.
No fue maldad, solo inexperiencia.
No fue venganza, solo justicia.
No fue olvido, solo pérdida.
Fue reconocimiento.
Fue acceptación y perdón.
Fue paz.
Javier Paniagua.
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