Solo hay un castigo para aquellos que no saben perdonar, seguir aferrados y apegados a sus odios, y por desgracia el odio y el rencor, jamás hacen daño al objeto del mismo, si no a quien lo siente.
Se ha demostrado que amor y odio activan las mismas rutas neuronales y que bajo el odio siempre hay dolor, un dolor fruto de la diferencia entre el amor subjetivo que se siente y las propia realidad objetiva... así que odiar, en parte es seguir amando.
Huir de los odios no es la solución, hay que mirarlos a los ojos... pero para eso se necesita valor.
Nada es ni sera tan malo, nunca.
Pero, yo creo que el odio es tan difícil definirlo como lo es con el amor.
ResponderEliminar¿Cómo sabes que odias a alguién? Y si decides ignorar por el daño hecho, es otra ruta? estás ignorándo que odias a alguién?
Es complicado.
Lo es... ;)
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