"Relaciones personales desequilibradas,
polaridades sociales corregidas."
Como de costumbre, las relaciones sociales, sean de amistad, amor, laborales, joviales, familiares, por placer o provecho, deben tener sean cuales sean una premisa máxima, la reciprocidad.
Es una de esas cosas, sea por empatía, curiosidad o estudio, en las que me fijo muchísimo y veo lo desequilibrado de las mismas. Las personas son capaces de aguantar lo que esta escrito por "seguir perteneciendo al grupo", quizá solo unas pocas personas son capaces de entender la polaridad entre la individualidad y la colectividad.
No podemos vivir siempre solos, ni siempre acompañados, por ello nos debatimos siempre entre un estado de conflicto sobre dos necesidades que debemos satisfacer para equilibrar y eso solo se consigue, dando espacio a lo individual cuando lo necesitamos y complaciendo lo colectivo cuando así nos lo pide el cuerpo, difícil tarea.
Como esa polaridad indica, quedarse en lo individual sin ganas genera un sentimiento de soledad, en cambio mantenerse en lo social cuando no conviene o no apetece, genera un sentimiento de rabia que si más no, nos aleja de esa situación. Es tan fácil como escuchar a las emociones que nacen en nuestro cuerpo y ejecutar una vía de acción.
La conclusión es sencilla, si sientes soledad, muévete, interactua, sal de ti mismo o misma. Si por contra, vives relaciones sociales que no son equitativas o no son reciprocas y te sientes dañado o dañada... escucha esas emociones, quizá es el momento de alejarse de esas relaciones y volver a conectar contigo mismo/a o con personas que verdaderamente puedan aportarte un enriquecimiento personal.
Hasta el corazón más amable, se cansa de la impertinencia.
Hasta el corazón más amoroso, se cansa de la indiferencia.
Hasta el corazón más compasivo, se cansa de la desfachatez.
Hasta el corazón más amigable, se cansa de las malas acciones.
Podemos dar y dar, y seguir dando bondad al mundo, pero llega el día que nos cansamos de no recibir y es entonces cuando entendemos que nuestra energía también es limitada y elegimos orientarla hacia nosotros mismos, entonces comprendemos que no es egoísmo, sino autoestima sana porque cada uno es responsable de su felicidad. Al final, los filósofos clásicos no dejan de tener razón:
"La amistad es una sola alma que habita dos cuerpos."
(Aristoteles)
No temas a la soledad, abrazarte a ella te permitirá conocerte a ti mismx. No temas a los juicios sociales, realmente no necesitas a aquellos/as que te juzgan sin intentar ni siquiera comprenderte.
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