lunes, 23 de marzo de 2015

Día plomizo y tripofóbico.


Día plomizo y sobrio, gris, pendenciero y abrupto,
el cielo terroso olía como la fruta ulcerada, purulenta y rancia,
caminaba por la calle descompuesto, tordo...
con ganas de pugnar y desafiar a todos.

Podia notar la tristeza en la garganta,
y como el aire en su aguante sabía a vómito.
La vida era sucia y churretosa,
como el agua corrompida de las aceras,
ruin, fulera y pringosa en la lengua de lo gatos,
que perduraban recurriendo a la carne tripofóbica
de los lamentos de la piel humana.

Ya no soportaban no poder huir
de esa realidad caduca de rojos y ocres.





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